Historia

Historia

Gilena es una Villa andaluza situada en el Valle que rodea el macizo montañoso denominado “Sierras de Gilena”. A igual que Municipios limítrofes formó parte de la Antigua Encomienda de Estepa, de la Orden de Santiago, después Marquesado del mismo nombre, instituido por Felipe II en la familia Centurión.

Gilena pertenece a la Comarca de la “Sierra Sur” Sevillana, y su término Municipal linda con los de Estepa, Pedrera, Aguadulce y Osuna. Tiene una extensión de 50,8 kilómetros cuadrados, siendo su altitud sobre el nivel del mar de 454 metros.

Debido a su situación geográfica y a la abundancia de agua, por las tierras de este término Municipal, han pasado toda clase de civilizaciones, y cada una de ellas nos dejó su huella, y prueba de ello son los numerosos restos arqueológicos del Calcolítico, final del Bronce, Ibéricos, Romanos, Visigodos y Árabes.

Los primeros asentamientos tuvieron lugar junto al manantial de aguas cristalinas que fluían de las Sierras por el “Ojo de Gilena”, así como a lo largo de su cauce.

Sobre el nombre de Gilena no sabemos a ciencia cierta cuáles fueron sus orígenes, si bien, pudiera provenir de “Silex”, piedra, o “Silena”, lugar de la piedra.

En tiempos de la dominación musulmana ya se le conocía con el nombre de “Yilyana”, posteriormente con el nombre de “Lugar de Gilena”, después “Puebla de Gilena”, y finalmente “Villa de Gilena”.

Gilena fue cabecera de un distrito de la “Cora”, y tuvo el honor de figurar en la obra del geógrafo de los siglos XII y XIII Yaqut Al-Hamawi, “El Libro de las Naciones”, donde se alababan los maravillosos productos cosechados en su Ribera, con especial mención la de sus manzanas, famosas en todo Al-Andalus.

De las aguas del Ojo de Gilena se utilizaba su energía hidráulica, para mover los molinos de harina que construyeron los árabes a lo largo de la Ribera. Verificada la Reconquista y en poder de sus nuevos dueños cristianos, los molinos y huertas de Gilena fueron platos codiciados por los Alcaides y Comendadores para sus mayorazgos.

En marzo de 1985 se descubrió, casualmente, “una sepultura Calcolítica” del tipo denominado “Cueva Artificial”, formada por una cámara central, cuatro nichos y corredor escalonado. Se rescataron numerosos vasos, puntas de flechas, ídolos de hueso, adornos, etc. En los trabajos de excavación realizados posteriormente aparecieron dos sepulturas más y restos de cabañas. De la misma época también aparecieron sepulturas en distintos sitios de la localidad con motivos de realización de obras.

Según estudios de algunos investigadores numismáticos contemporáneos, en nuestro término Municipal pudo haber estado ubicada la ciudad ibérica de “Ilse”, fundada en el siglo I a.C.